"Y es importante interpelarnos como sociedad, interpelarnos también como organismos de derechos humanos, como asociaciones civiles, o sea, todo lo que decimos que somos y hacemos hoy, está en juego porque están desalojando, están entrando a patadas a una biblioteca y ¿dónde está toda la gente?"

La Biblioteca Popular de Fiske Menuco, fundada hace 12 años, enfrenta un desalojo injusto por parte de la municipalidad. Ha sido un espacio cultural clave, generando conciencia y promoviendo la educación autónoma mapuche.

Entrevistamos a una de las activas participantes de la biblioteca popular de la estación Flor Catríhuala.
Nos cuenta la trayectoria de más de 12 años de esta asociación civil sin fines de lucro que tenía como Amparo legal un comodato de sesión de uso vencido pero con amplísima trayectoria en el mundo de las artes y la cultura popular de fiske menuco. Preservar un espacio cultural, la Biblioteca Popular, en la estación de trenes de Fiske Menuco. A lo largo de 12 años, este espacio ha sido un punto vital de encuentro y
aprendizaje autogestionado, promoviendo actividades culturales, educativas y sociales diversas.

Sin embargo, las autoridades municipales, lideradas por María Emilia Soria, han decidido desalojar la biblioteca para convertirla en un bicicletero o un espacio turístico. A pesar de los intentos de diálogo por parte de la comunidad, las autoridades han mostrado una actitud autoritaria y poco receptiva.

La biblioteca ha sido un refugio para la diversidad cultural y el activismo social, albergando
desde talleres de platería y hilado hasta encuentros sobre temas como el derecho al aborto y la lucha antinuclear. Su cierre representa una pérdida para la identidad y la conciencia social de la región.

La resistencia de la comunidad ha sido pacífica y solidaria, pero enfrenta el desafío de la falta de apoyo
de otras organizaciones y sectores de la sociedad. La estigmatización y la falta de diálogo por parte
de las autoridades municipales contribuyen a la polarización y la injusticia en la comunidad.
Es fundamental generar conciencia y movilizar a más personas para defender este espacio cultural único y resistir la mercantilización de la cultura y el territorio.
REPUDIO TOTAL al desalojo A REALIZARSE EN LA BIBLIOTECA POPULAR DE LA ESTACIÓN EN FISKE MENUCO

Entrevista:
El Tren:  Flor nos decía, la Biblioteca, Biblioteca Popular, en la estación de trenes, allí en la ciudad de Fiske Menuco,una asociación civil de cuántos años, cómo la constituyeron, cómo es la historia de la biblioteca.

Flor Catríhuala: La asociación civil es la asociación del teatro de la estación, la biblioteca nació con un comodato hacia la presidencia de la asociación, luego eso fue cambiando porque las comisiones fueron cambiando y ya el teatro dejó, se deslindó, vendría a ser de la biblioteca, en la responsabilidad social. Dentro de la biblioteca siguieron funcionando actividades legitimadas por el tiempo, o sea, son 12 años del proceso de trabajo donde no hubo un allanamiento, donde no hubo una identificación de personas, donde no hubo tampoco diálogo de parte de las partes, o sea tanto del teatro de la estación en ese momento de la comisión, que se encuentra hoy por hoy actualmente y la dirección de turismo y la dirección de cultura del municipio a cargo de Ricardo Lasala, los que no quisieron dialogar cuando nosotros nos acercamos y ya, por ejemplo, hace dos años nos constan las notas que entregamos para sentarnos a conversar con ellos, a ver cómo llevar adelante un proceso de poder trabajar tranquilos en la biblioteca y trabajar también articuladamente en conjunto. Flor, son 12 años de un espacio cultural que no solamente nadie reclamó, sino que se generó al calor de toda la comunidad, el gobierno de María Emilia Soria, de la familia Soria, de toda la parentela de gringos Soria, hoy está desarmando nada más ni nada menos un espacio cultural de los vecinos construido, pero además con una legalidad, fue creado hasta el efecto y hoy lo quiere convertir, decías, en una oficina para depositar bicicletas. Así es, sí, es así, es así, el comodato no está vigente, eso hay que decirlo, lo que hay es una legitimidad de trabajo y la legitimidad de un grupo que, por notas y en una primera mesa de diálogo, lo que pide es articularle la tarea, o sea, no es darle la espalda a nadie, sino decir, bueno, sentémonos a hablar y pongámonos de acuerdo. Eso no sucede y no sucede de parte del municipio, que tiene un abogado que realmente está totalmente abrazado al desalojo, totalmente abrazado a que se despoje ese lugar y a que el municipio tiene derecho a utilizar los espacios cuando dice y ustedes tienen que salir de ahí, o sea, no realmente, o sea, no son gente de diálogo, el municipio y todos sus trabajadores no están siendo gente de diálogo ni están siendo gente de represión. Y nosotros en esto lo que pedimos es que la comunidad acompañe, que se acerque, que sean testigos, que filmen, que muestren cómo la policía provincial y de esos rostros, que muchas veces son mapuche también, son los que están amedrentando a nuestros compañeros, ellos están golpeando la puerta a patadas para ingresar a una biblioteca en pleno centro, sin mostrar una orden. La orden la mostraron porque las demás personas exigían eso pero si era por ello se entraban a las patadas. Entonces vecino, vecina, a usted le puede pasar lo mismo.
Nadie está exento de que mañana pasado, porque el gobierno de María Emilia Soria quiere utilizar X espacio
que es del orden público, entran a patadas y te sacan. Esa es la forma. Contanos un poco de la vida de la biblioteca ahí en los andenes de la estación de trenes, porque hoy lo que propone es el desalojo, digamos.
¿Qué solidaridad han recibido? Sabíamos que realizaron ayer, no antes de ayer, un evento solidario para abrazar
a la biblioteca. ¿Qué es lo que hace la tarea gremial de todos los días la biblioteca antes de esto y
cómo se han rodeado de solidaridad en estos días? Nosotros, en mi caso yo pertenezco a un grupo de educación autónoma mapuche que se llama Menoco Nehuen, que lo que hacemos es generar instancias de educación
para nuestras infancias y para nosotros mismos que crecimos despojados de nuestra cultura. No somos, no venimos de una comunidad y tenemos una abuelita y un abuelito que nos enseñan el mapungún porque el mismo genocidio se ocupó de cerrar eso, ¿no? De cortar esas lenguas y de pelar esos pies para que eso nos llegue a nosotros como jóvenes. Lo que hacemos es un espacio de educación autónoma mapuche totalmente autogestivo y durante todos estos años en la biblioteca han funcionado muchísimas actividades ligadas a la cultura, con referentes culturales que han hecho uso de esto y que bueno, luego después ante el desalojo de la biblioteca y entre la voz de la intendencia, bueno, han elegido correrse del espacio y seguir con sus vínculos hacia la municipalidad también, ¿no? Laborales, no sé, emocionales, sentimentales, de amistad, que bueno, que uno no reniega de eso, ¿no? Ellos ya se han ido, pero también hay que decirlo, ¿no? Ha servido para que muchas personas puedan mostrar su arte, su poesía, para que se hagan encuentros también de socorristas, ¿no? Para el tema de la interrupción legal del embarazo. Han habido encuentros de infancia, espacios de crianza, ollas populares, se han llevado adelante actividades literarias para que las personas puedan aprender de poesía, para que las personas de salud mental puedan generar también un fondo para solventar sus tratamientos. Son muchísimas las cosas que han pasado en la biblioteca. Las asambleas que han reunido ahí, las asambleas antinuclear, las asambleas por el agua, creo que también es eso lo que hace que este espacio sea tan molesto, ¿no? Porque es un espacio asambleario, un espacio donde la gente se reúne para ver de qué manera combatir vendría a ser todo el avasallamiento que hay hacia el territorio, desde el extractivismo.
Ese creo que tiene que ver también con el eje de por qué María Emilia Soria no quiere que funcione más espacio,
¿no? Todas las actividades que se generan tienen que ver con despertar de conciencia, con una transformación social, con la recuperación de la identidad. Hicimos talleres de platería, de hilado, que los jóvenes y los mayores
nos encontremos en un espacio que no sea la casa de nadie y que sea de todos. Las cosas que se han hecho,
hay colecciones inéditas de escritores que al fallecer sus familias dejaron la colección en esta biblioteca, el patrimonio cultural de toda la sociedad. Y eso ya no se encuentra, ¿no? Hay también bibliografía que tiene que ver con colecciones que han llegado a este lugar justamente por ser un lugar emblemático de la ciudad y que es lo que hizo que los festivales estén colmados de tanto público, ¿no? Yo miraba y personalmente sentía la gratificación de que esa gente no venía ni por mí ni por nosotros como personas. Es porque se reconoce en el lugar como un espacio cultural único. No hay otro lugar en la ciudad de Fiske Menuco donde se genere lo que se genera en la biblioteca de la estación, porque en la mayoría de los lugares vos entras o tenés que pagar para generar un aprendizaje, montos muy altos, o tenés que hacer actividades en centros comunitarios donde está el lobo azul con la flecha blanca hacia arriba de María Emilia Soria constantemente. Entonces, o tenés dinero para pagar o te tenés que entregar a ser parte de la institucionalización que genera el municipio hacia los talleres, ¿no? Donde las personas que dan los talleres son personas afines a ellos, donde la metodología de inscripción es bastante dudosa, como sucede con el INBA, que una quiere inscribirse y cuando vas y lográs entrar a la planilla de la planilla de la planilla de la planilla por internet no hay más cupos, ¿no? Donde no se puede uno, como hacemos nosotros en la biblioteca, humanizar, acercarse, hablar, conversar, tomar un mate, anotar tu nombre. En el caso de los libros es amigable, o sea, uno no necesita ser socio, lo que importa es que vos converses con alguien de adentro de la biblioteca y lleves el libro y después lo traigas. Es una propuesta muy fuera de lo institucionalizado y de lo burocratizado que tiene este sistema, lo que se lleva adelante en la biblioteca de la estación, porque hasta el fin de semana, más allá de que había policía, se pudo realizar el festival. Hoy por hoy es terrible, terrible, terrible lo que está sucediendo ahí.

El Tren:  Flor, lo increíble, digo, no es lo increíble, a esta altura ya tendríamos que salir de cualquier intento
de quedar azorados, ¿no?, por la política, pero, digo, ¿tiene la Secretaría de Turismo qué mejor expresión
que tener una muestra de cultura y arte que completa, digamos, y si encima se la abrilan en forma autogestiva,
qué mejor, digo, ¿no? No es el objetivo hacer el CFK, me imagino, por María Aníbal Soria,
en el lugar que no se llame CFK, se llame Gringo Soria, digamos, ¿no? No es que está pensando en hacer
un centro cultural como el CFK en Buenos Aires, que sucede para poner un bicicletero.

Flor Catríhuala:  Un bicicletero, exactamente, sí, sí, sí. Después cambiaron del discurso y dijeron que iban a
haber capacitaciones, a lo cual en ese momento, no ahora, porque las condiciones son otras, pero en ese momento nosotros, algunos, conversábamos entre nosotros y decíamos, mira, capaz que ya hacen capacitaciones, nosotros enseñamos lo nuestro o sea, porque todo el tiempo y en esto hablo por mí, porque después se armó una asamblea, que es lo que vos me preguntabas, una asamblea súper diversa de gente que se acercó pura y exclusivamente a defender un espacio popular y cultural de la ciudad, al cual han pertenecido en muchas ocasiones, o al cual se sienten conectados por estar estudiando arte o por ser artistas, o por ser personas que militan las causas que tienen que ver con lo social y que tienen que ver también con las minorías, con la vulneración de derechos. Pero hasta en un momento yo, y hablo por mí ilusamente, yo decía, bueno, por ahí se puede trabajar en conjunto, en un grupo anterior decíamos, capaz que podemos articular, hacer convenios de colaboración, o sea, realmente somos personas que hemos sido formadas y educadas para cooperar,
para colaborar, para articular, y nos encontramos con un paredón dictatorial, totalmente. Del primer momento
con Ricardo Lasala, luego con Florencia Cidadelli, que es la directora de turismo, después con María Emilia Soria,
que nunca dio la cara, a pesar de que pedimos audiencias, nosotros íbamos,
hacíamos notas, pedíamos audiencias, no es que nosotros nos metimos en el municipio y rompimos todo,
como hacen ellos, ¿no? Entonces es muy importante que esto se informe, porque la idea también
es generar conciencia social, ¿no?, de cómo nos estamos manejando como sociedad, o sea, cómo sociedad estamos mercantilizando todo, cómo como sociedad preferimos que haya peceras gigantes de vidrio donde se abone constantemente dinero y la gente sea un producto más, y no están espacios donde realmente uno humanamente puede vincularse, ¿no? Y es importante interpelarnos como sociedad, interpelarnos también como organismos de derechos humanos, como asociaciones civiles, o sea, todo lo que decimos que somos y hacemos hoy, está en juego porque están desalojando, están entrando a patadas a una biblioteca y ¿dónde está toda la gente?
Eso me pregunto yo, ¿no? O sea, hay muchísima gente solidarizándose, sí, pero hay muchísimos otros gremios y muchísimos otros espacios, organizaciones, que deberían estar diciendo algo, ¿no? Y no mandando un comunicado, sino yendo a acompañar ahí, nosotros decimos, ¿no? No invitamos a la gente, no incitamos a la violencia, no incitamos a enfrentar a la policía, lo que nosotros decimos es que sean testigos, que haya más ojos viendo esto, que haya más gente multiplicando esto, porque esa policía que está ahí, que nosotros recién mostramos vídeos de cómo entraron a las patadas, ahora dentro de un par de horas lleva a su hijo de la mano a la escuela, ¿no?
Y en esa escuela están los mismos docentes enseñándole a sus hijos que son los que están siendo ahora empujados y golpeados para entrar a una biblioteca, o sea, no, no, no, somos la misma sociedad, creo que no hay una integralidad en la mirada, creo que hay como una cuestión de, bueno, a ver, un par de locos que están ahí, pero nosotros seguimos con nuestra vida, en realidad somos los mismos, ¿eh? Y nos vamos a seguir cruzando, porque trabajamos en lo social, en mi caso yo soy psicóloga social, pero hay docentes, hay gente de las comunidades originarias, no toda la gente de las comunidades originarias vive en una choza, eso también hay que decirlo, o sea, vemos personas que vivimos en el territorio, vemos personas que vivimos en la ciudad, y esos estereotipos hay que romperlos también y caer de eso, ¿no? Porque si no, es como que, bueno, me decían en Antena Libre ayer, está saliendo la publicación de que hay una comunidad mapuche tomando, o sea, desde otros medios, ¿no?
Tomando una biblioteca de una comunidad mapuche, o sea, la estigmatización, el racismo, el odio, y eso lo plantó
el gobierno de la municipalidad, porque ellos fueron los que sacaron un comunicado en su página diciendo
que el Espacio de Educación Autónoma Mapuche Menoconehue estaba usurpando un espacio público, y eso no es real y ellos lo saben bien, y no les va a dar la cara, por eso no aparece, ellos lo saben bien, porque todas
las mañanas nos cruzamos, hola, buen día, buen día, no nos daban ni agua, eso es verdad, porque nosotros
en un momento, porque nos cortaron el agua, nosotros en un momento fuimos a pedir agua amablemente para prepararnos, no nos daban ni agua, pero en ningún momento nosotros generamos un hecho de violencia con ellos, y hoy por hoy no es tan obvio.